miércoles, 29 de diciembre de 2010

Diario día II

Hoy he quedado con Marta. Aunque en los últimos meses la he visto en algunas ocasiones, es cierto que la última vez que mantuvimos una conversación en condiciones fue en una calurosa tarde de Julio. Han cambiado tantas cosas desde entonces...

Hemos quedado para charlar y ponernos al día de todo, y, de paso, intentar retomar aquella relación de amistad tan sincera que algún día descuidamos. El reencuentro ha comenzado cuando me he dirigido a su casa para comer juntas. Ha sido divertido cocinar entre las dos, y mientras emergía un agradable aroma de la cacerola, ir haciéndonos algunas confesiones. En algunos momentos parecía que no hubiera pasado el tiempo, y que ayer mismo habíamos estado hablando horas y horas por teléfono como antaño.

Ya una vez en la mesa, mientras disfrutábamos de los deliciosos macarrones, la conversación se puso seria, y tratando de explicarnos lo mejor posible, nos contamos cómo nos iban las cosas, qué había cambiado en nuestras vidas, nuestras ilusiones y metas... incluso nos intercambiamos algún que otro consejo. Fue muy reconfortante dialogar con ella.

Mientras me contaba alguna que otra anécdota graciosa, mis ojos recorrieron el espacioso salón: todo se encontraba igual a cómo yo lo recordaba. En ese momento, un sentimiento nostálgico invadió mi ser, ¿en qué preciso momento nos distanciamos? ¿por qué los seres humanos somos tan complicados? Sea como sea, hemos prometido retomar esa amistad que sobrepasaba los 15 años, y eso es algo muy positivo y esperanzador.
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jueves, 23 de diciembre de 2010

Diario día I. Días y más días....

Esperar, sí, esperar. No sé esperar. Soy bastante impaciente porque odio la sensación de intentar adivinar qué es lo que está por llegar. Prefiero que lo que tenga que ser, sea, pero que me llegue cuanto antes porque a partir de ello mi interior decidirá cómo actuar. No como ahora, que me invade la horrible sensación de estar esperando un no-sé-qué que no sé cuánto tardará en llegar, o que quizá no llegue nunca, o que, de tanto esperar, mi estúpida impaciencia recoja todos sus bártulos y decida retirarse, y entonces la batalla no solo la perderé yo.

Los días que quedan para EL DÍA "D" se me están haciendo eternos. No sé si quiero que llegue el día, o no... antes lo estaba deseando, pero han cambiado tantas cosas en estas últimas semanas que todo ha dado un giro de 360º, provocando en mí una especie de obsesión que hace que mi cabeza se imagine de lo malo, lo peor.

Estoy agotada de dar vueltas al temita. Intentaré pensar en otras cosas, como que en pocos días tengo los examenes de la universidad. ¡Ya este año me diplomo! increíble pero cierto. Tengo ganas de terminar la carrera para empezar otra etapa en mi vida, realizando cosas nuevas. Siempre he pensado que llevar a cabo nuevas ideas, nuevos proyectos, es vital para reciclarse y mantener la ilusión por la vida. ¡Tengo tantos proyectos por realizar!. Pero para empezar algo nuevo, es necesario primero finalizar y cerrar la etapa anterior, y ahora, tengo que esforzarme lo máximo para los examenes. El enclaustramiento en la biblioteca no es una de mis pasiones, pero es una necesidad. Es la única forma de que el día de estudio me cunda, pero también me da muchísima pereza desplazarme hasta ella. Es un amor-odio extraño.

Hoy mi visita a la Biblioteca ha sido más llevadera, he ido con Maribel, y no es lo mismo estudiar sola que acompañada. Realmente, por el momento creo que no lo llevo tan mal, pero sé que cuando queden 3 días para los examenes estaré atacada, con ganas de darme cabezazos contra la pared y pensando en que lo llevo fatal. No puedo evitarlo. Así que tengo que darle caña. Bfff... ya me estoy empezando a agobiar, pero bueno, mañana será otro día intenso de estudio, si es que mis otras preocupaciones me lo permiten.

jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Quién soy? Tamio Koshino y Jun Takabatake

Hoy presento un librillo para los más pequeños, que tiene como centro de interés los animales. En cada página podemos observar la silueta de un animal -ya que es de noche- y una estrofa que describe algunas cualidades del mismo. La gracia está en adivinar de qué animal se trata. El autor es Tamio Koshino y las ilustraciones corren a cargo de Jun Takabatake.

Más imágenes del libro para que podáis observar alguna de las siluetas y leer algunas descripciones que contiene:


Soy pequeño, muy pinchudo,
y mi espalda un gran escudo.
Mira bien por donde caminas,
porque estoy lleno de espinas.

¿Quién soy?

Soy la más alta de la sabana.
Camino despacio por la mañana.
Mi largo cuello me ayuda a ver
en el horizonte el amanecer.
¿Quién soy?
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domingo, 5 de diciembre de 2010

XXXIV Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid


Del 1 de diciembre de 2010 al 15 de enero de 2011, tendrá lugar la XXXIV edición del Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid, organizada por el Consejo General del Libro (sección castellana de la OEPLI) junto con el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid. A diferencia de otros años, esta vez tendrá lugar en el Centro Cultural Galileo (C/ Galileo, 39 – 28015 Madrid), y el horario de apertura es de 10h00 a 20h00. La entrada es gratuita a todas las actividades (hasta completar aforo)

Ambientado en torno a temas marinos, el Salón ofrecerá durante un mes y medio, numerosas actividades que tendrán lugar a diario, como son
presentaciones, cuentacuentos, encuentros con autores, coloquios, magia, teatro, títeres, bingos “literarios”, poesía, talleres y actividades diversas alrededor de los libros.

El Salón cuenta con una gran biblioteca de más de 500 libros reunidos especialmente para esta ocasión y con tres exposiciones: una en honor de Ana Juan, Premio Nacional de Ilustración 2010, otra de Eliécer Cansino, Premio Nacional de Literatura infantil 2010 y una tercera con ilustraciones sobre el tema del Salón, organizada por APIM, Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid.


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viernes, 3 de diciembre de 2010

Bookcrossing, una iniciativa fascinante


http://www.lamayorliberaciondelibros.es/

El anglicismo Bookcrossing, aunque muchos en España lo llamen liberar libros o pasalibros, es en castellano o en inglés, el mismo concepto: dejar un libro en cualquier rincón de la ciudad para que alguien pueda leerlo y, cuando acabe, vuelva a ponerlo en circulación. Y así indefinidamente, hasta que el libro aguante, con el fin de convertir la ciudad en una biblioteca. La práctica nació en Estados Unidos en 2001 y se ha extendido poco a poco por todo el mundo. El Ayuntamiento de Madrid se ha propuesto liberar 30.000 libros por la ciudad.

Treinta furgonetas encargadas de repartir los libros por la ciudad durante todo el día, partieron el pasado 14 de noviembre a las 12.00, desde la plaza de Oriente, en Madrid. En cualquier lugar se pueden encontrar los volúmenes: fuentes, parques, un banco del metro, la marquesina de un autobús... La gracia no está solo en tener la suerte de encontrar uno y llevárselo a casa. El objetivo es que, una vez leído, vuelva a ser dejado en cualquier parte para que otros puedan disfrutarlo.
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Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma...